Esta semana les propongo un problema de probabilidades que les hará pensar.
Con humildad, hoy, admito que me lo formularon hace unos años, dije mi respuesta y no era la correcta. Lo peor fue que para asumir el error tuve que ejercitar bastante mi razonamiento lógico y mi orgullo por sobre todas las cosas. En aquellos años fue un paso importante para descubrir la necedad de la que uno es víctima cuando es demasiado joven y enérgico.
Espero que no hagan trampa buscando la respuesta en la web. La semana que viene cuelgo el resultado.
El planteamiento:
Se ofrece un concurso cuya mecánica es la siguiente:- Al concursante se le ofrece la posibilidad de escoger entre tres puertas. Tras una de ellas se encuentra un coche, y tras las otras dos hay una cabra. El concursante gana el premio que se oculta detrás de la puerta que escoja.
- Después de que el concursante escoja una puerta, el presentador abre una de las otras dos puertas, mostrando una cabra. Siempre puede hacerlo ya que incluso si el concursante ha escogido una cabra, queda otra entre las puertas que ha descartado y el presentador conoce lo que hay detrás de cada puerta.
- Entonces, ofrece al concursante la posibilidad de cambiar su elección inicial y escoger la otra puerta que descartó originalmente, que continúa cerrada.
La pregunta oportuna es: ¿debe hacerlo o no?
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1 comentarios:
Pensando en frío (o probabilísticamente), es decir, sin dejarse llevar por factores psicológicos como cábalas, pálpitos, etc., creo que el concursante sí debería aceptar la propuesta de elegir la otra puerta. Cuando realizó la elección inicial tenía una probabilidad de 1/3; ahora cambiando esa elección su probabilidad crece a 1/2. Espero no equivocarme...
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