Sobre verdades y mentiras es mucho lo que se dice y lo que se escribe, es mas, existen refranes que versan sobre este tema. Uno de ellos expresa lo siguiente: "se pilla antes a un mentiroso que a un paralítico". Otro, "... la mentira tiene patas cortas...". En definitiva, todos hablan de lo difícil que resulta sostener una mentira. Un buen ejemplo de esto es lo que presenta Juan Cerruti, en este breve artículo del diario El Cronista Comercial, sobre el Indec y las Estadísticas Oficiales en Argentina.
“Discrepancia estadística”, el sector más pujante de la economía K
Los últimos datos oficiales sobre el crecimiento de la economía argentina no hacen más que abonar las sospechas que los rodean desde hace meses. No sólo por los curiosos horarios de salida de los informes (el último fue un viernes a las 10 de la noche) o por la llamativa “solidez” que exhibe el país, que sigue expandiéndose a “tasas chinas” pese a que ni la propia China ya lo hace.
Ahora trascendió otro dato, en el mejor de los casos, “difuso”. Según el informe del PIB del último trimestre de 2008, que elaboró el Indec, el sector de la economía que más impulsó el crecimiento no fue el consumo. Tampoco las exportaciones. Y menos la inversión. Fue “discrepancia estadística”.
Se trata de un ítem que se calcula por default. Es decir, por diferencia entre los datos que se obtienen entre la oferta y la demanda agregada de la economía. Es la manera contable de que cierren las estimaciones de la economía a nivel macro. Incluye también las variaciones de existencias, por lo que es lógico que ante semejante parate del nivel de actividad este rubro aumente. ¿Pero tanto?
En los últimos dos años el rubro “discrepancia estadística” osciló en torno a los $ 1.000 millones (negativo o positivo, según el caso) por trimestre. En el cuatro trimestre de 2008 saltó a más de $ 9.700 millones. Se convirtió así en el ítem que explica dos tercios del crecimiento de la economía, hecho inédito en los 40 años de historia de las estadísticas oficiales.
De todas formas, si en los últimos 30 días al menos 15 de las principales consultoras privadas del país lanzaron sus propios índices de crecimiento, no debería extrañar que “discrepancia estadística” finalmente se haya erigido como el sector más pujante de nuestra particular economía versión 2009....
Juan Cerruti. El Cronista Comercial.
http://www.cronista.com/contenidos/detalle_blog.html?idWeblog_post=576
Modesto, sencillo y tímido, pero extremadamente seguro de sí mismo, este hijo de inmigrantes rusos ha sabido ganarse la confianza y credibilidad de la gente, capital que envidiaría cualquier político. Cercano ideológicamente al partido Demócrata y de perfil liberal (su afamada columna en el NYTimes se llama “Conscience of a Liberal”), se suponía sería un aliado de peso para Barack Obama. Pero nada más lejos de la realidad…
En estos días Krugman se ha convertido en el terror del establishment estadounidense. La relevancia que provocan sus declaraciones hizo que la revista Newsweek lo pusiera en su última portada. Sus inclementes críticas (lo llaman “poison pen”, pluma venenosa) a las políticas anti-crisis adoptadas por el nuevo gobierno hacen temblar los cimientos de la Casa Blanca.
El ciudadano norteamericano común, que aún está viviendo su “luna de miel” con Obama, sabe que sus críticas pueden ser excesivamente duras, pero también tiene la sensación de que son auténticas y llevan buena dosis de verdad, y que desnudan lo que algunos no pueden o no quieren ver. “Tengo la sensación de que Estados Unidos simplemente no está a la altura del mayor desafío económico de los últimos 70 años”, dispara.
El plan lanzado tiene dos pilares fundamentales: el paquete de estímulo para la economía real de 800 mil millones de dólares y el paquete de rescate de un billón de dólares para el sector financiero, buscando inversores privados para que compren los activos tóxicos de los bancos, con la esperanza que éstos no quiebren. Al respecto Krugman sostiene que el paquete de estímulo es insuficiente para combatir la creciente pérdida de puestos de trabajo y que el plan para reconstruir el sistema bancario está condenado al fracaso, ya que se basa en la idea errónea de que los principales bancos de Estados Unidos siguen siendo sólidos. “Los bancos en peor estado –Citigroup y Bank of America– deberían ser nacionalizados y canalizar, en cambio, los fondos federales a los desempleados o a proyectos de infraestructura, que garanticen o creen puestos de trabajo”.
Krugman piensa que se está desperdiciando una oportunidad única. “¿Por qué son tan obstinados en esto? Temo que ésta sea la única posibilidad que tendrá este gobierno, o que si el plan de salvataje a los bancos fracasa, el gobierno no tenga el suficiente capital político para intentar un plan B. Por eso es horroroso que Obama haya decidido basar todo su plan económico en la fantasía de que un poco de abracadabra financiera retrocedería el reloj de vuelta a 2006”.
Larry Summers, el jefe de asesores económicos de la presidencia, y su rival natural desde que ambos fueran señalados como los jóvenes economistas más brillantes de su generación, reconoció que está sorprendido y confundido por las críticas del premio Nobel contra el plan de salvataje a los bancos. “Si Paul Krugman tiene una buena idea sobre cómo gastar de forma más eficiente y efectiva para reimpulsar la economía, nosotros la ejecutaremos”, dijo Obama en una conferencia de prensa visiblemente irritado y pronunciando mal el apellido del economista.
Mientras tanto, Paul Krugman intenta no marearse con eso de la fama y aferrarse a su modestia: “La popularidad arruina el desempeño de los jefes, aun de los mejores. Seguramente, lo mismo pasa, digamos, con los economistas. No pueden decir que no les advertí”, escribió recientemente en su blog.
Cada nueva elección genera expectativas y atención en todo el mundo. Este año fue el turno de su 3ra. edición, donde se seleccionó entre los que alcanzaron su PhD’s en los últimos diez años, a los ocho “mejores economistas” de la nueva generación. La nota destacada es la aparición de un argentino en la lista, Iván Werning, siendo el macroeconomista más votado.
La nómina completa fue la siguiente (el orden de aparición no implica importancia):
- Roland Fryer – EE.UU. – 32 años – Harvard – Economía de lo insólito
- Esther Duflo – Francia – 37 años – MIT – Desarrollo económico
- Amy Finkelstein – EE.UU. – 35 años – MIT – Economía de la salud
- Raj Chetty – India – 30 años – Berkeley-Harvard – Finanzas públicas
- Iván Werning – Argentina – 34 años – MIT – Eficiencia económica
- Xavier Gabaix – Francia – 38 años – NYU – Economía del comportamiento
Esta es la lista con mayor cantidad de mujeres (2) entre las jóvenes estrellas.
Otro tema interesante para debatir es que los economistas de hoy están menos apegados a las temáticas, modelos y métodos tradicionales, aunque los une aún el gusto por presentar formal y algebraicamente sus trabajos. Este eclecticismo tal vez se deba a que esta generación creció con una economía global próspera, lo que indujo a que se volcaran a “ramas alternativas” de la disciplina. Veremos cómo se comporta la próxima generación ante la influencia de la coyuntura actual.
A modo de excepción, The Economist destaca a Iván Werning como un economista “a la antigua”, volcado al desarrollo teórico o conceptual de modelos. Lo califica como un “teórico elegante” y un “economista economista”.