Krugman - Obama: enemigos íntimos

Posted by Econoapuntes On jueves, 16 de abril de 2009 0 comentarios

Si hiciéramos una encuesta a nivel mundial preguntando quién es hoy la persona con mayor autoridad para hablar sobre economía, casi con seguridad el ganador resultaría Paul Krugman. No son pocos los que aseguran que el premio Nobel que obtuvo en 2008 no se debe tanto a su notable trabajo científico reformulando las teorías acerca del comercio internacional, sino a su rol de comunicador público, fundamentalmente como crítico implacable de la “Administración Bush” y su accionar frente a la crisis financiera.
Modesto, sencillo y tímido, pero extremadamente seguro de sí mismo, este hijo de inmigrantes rusos ha sabido ganarse la confianza y credibilidad de la gente, capital que envidiaría cualquier político. Cercano ideológicamente al partido Demócrata y de perfil liberal (su afamada columna en el NYTimes se llama “Conscience of a Liberal”), se suponía sería un aliado de peso para Barack Obama. Pero nada más lejos de la realidad…
En estos días Krugman se ha convertido en el terror del establishment estadounidense. La relevancia que provocan sus declaraciones hizo que la revista Newsweek lo pusiera en su última portada. Sus inclementes críticas (lo llaman “poison pen”, pluma venenosa) a las políticas anti-crisis adoptadas por el nuevo gobierno hacen temblar los cimientos de la Casa Blanca.
El ciudadano norteamericano común, que aún está viviendo su “luna de miel” con Obama, sabe que sus críticas pueden ser excesivamente duras, pero también tiene la sensación de que son auténticas y llevan buena dosis de verdad, y que desnudan lo que algunos no pueden o no quieren ver. “Tengo la sensación de que Estados Unidos simplemente no está a la altura del mayor desafío económico de los últimos 70 años”, dispara.
El plan lanzado tiene dos pilares fundamentales: el paquete de estímulo para la economía real de 800 mil millones de dólares y el paquete de rescate de un billón de dólares para el sector financiero, buscando inversores privados para que compren los activos tóxicos de los bancos, con la esperanza que éstos no quiebren. Al respecto Krugman sostiene que el paquete de estímulo es insuficiente para combatir la creciente pérdida de puestos de trabajo y que el plan para reconstruir el sistema bancario está condenado al fracaso, ya que se basa en la idea errónea de que los principales bancos de Estados Unidos siguen siendo sólidos. “Los bancos en peor estado –Citigroup y Bank of America– deberían ser nacionalizados y canalizar, en cambio, los fondos federales a los desempleados o a proyectos de infraestructura, que garanticen o creen puestos de trabajo”.
Krugman piensa que se está desperdiciando una oportunidad única. “¿Por qué son tan obstinados en esto? Temo que ésta sea la única posibilidad que tendrá este gobierno, o que si el plan de salvataje a los bancos fracasa, el gobierno no tenga el suficiente capital político para intentar un plan B. Por eso es horroroso que Obama haya decidido basar todo su plan económico en la fantasía de que un poco de abracadabra financiera retrocedería el reloj de vuelta a 2006”.
Larry Summers, el jefe de asesores económicos de la presidencia, y su rival natural desde que ambos fueran señalados como los jóvenes economistas más brillantes de su generación, reconoció que está sorprendido y confundido por las críticas del premio Nobel contra el plan de salvataje a los bancos. “Si Paul Krugman tiene una buena idea sobre cómo gastar de forma más eficiente y efectiva para reimpulsar la economía, nosotros la ejecutaremos”, dijo Obama en una conferencia de prensa visiblemente irritado y pronunciando mal el apellido del economista.
Mientras tanto, Paul Krugman intenta no marearse con eso de la fama y aferrarse a su modestia: “La popularidad arruina el desempeño de los jefes, aun de los mejores. Seguramente, lo mismo pasa, digamos, con los economistas. No pueden decir que no les advertí”, escribió recientemente en su blog.

Luis Mauri.-

Para ver la nota de Newsweek:

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